Por Jorge Herrera Valderrábano y Romina Vázquez, de Instituto RIA (una organización que investiga, educa y aboga por políticas públicas para la justicia social y la construcción de la paz).
Las estimaciones globales sugieren que aproximadamente 1 de cada 7 adolescentes tiene un problema de salud mental, y estas estimaciones se basan en datos incompletos, lo que representa menos del 7 % de los adolescentes del mundo. La pandemia de COVID-19 ha planteado desafíos adicionales para la salud mental y el bienestar de adolescentes y jóvenes, aumentando potencialmente la prevalencia de los trastornos de salud mental. Además, en 2020, alrededor de 1,75 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años vivían con el VIH en todo el mundo. Los adolescentes representan alrededor del 5% de todas las personas que viven con el VIH y alrededor del 11% de las nuevas infecciones por el VIH en adultos. Fuera del África subsahariana, el mayor número de adolescentes seropositivos se encuentra en Asia y América Latina.
En Instituto RIA, buscamos constantemente formas innovadoras en las que podamos brindar soluciones a los problemas de política actuales relacionados con el sistema de justicia, la oferta y demanda de drogas, así como los servicios públicos disponibles en estos temas. Durante nuestras actividades en los últimos cuatro años, hemos realizado cursos, talleres, campañas de comunicación y otras intervenciones a jóvenes, con el fin de brindar información para desarrollar habilidades sociales que prevengan la deserción escolar, la delincuencia y el consumo problemático de drogas. Estas actividades han estado dirigidas a colectivos en situación de vulnerabilidad, como adolescentes en procesos judiciales oa jóvenes en entornos rurales.
El año pasado, como una actividad en el marco del Día de Acción Global De Apoyo No Castigues, en Instituto RIA lanzamos una campaña sobre drogas y sexualidad en las redes sociales. El objetivo fue proporcionar una educación pragmática, precisa y basada en la evidencia sobre el consumo de drogas, en combinación con otro tema que debe ser tratado con la misma sensibilidad: la sexualidad. A manera de continuación de un proyecto enfocado en estudiantes de secundaria y preparatoria, y con el apoyo visual de infografías, creamos un conjunto de materiales pedagógicos que brindan información a diferentes sectores sociales para mejorar las estrategias educativas sobre el consumo de drogas y la sexualidad. Entre los temas incluidos se encuentran: la maternidad y el cannabis, las poblaciones vulnerables que consumen drogas, la relación entre el sexo, las drogas y las redes sociales, y las prácticas sexuales bajo la influencia de estimulantes, sedantes y psicodélicos.
En las piezas incluimos información sobre las sustancias más utilizadas durante las prácticas sexuales. Discutimos los efectos esperados, las presentaciones más comunes, las vías de administración disponibles, las recomendaciones de dosificación, dónde encontrar más información, así como las estrategias de reducción de daños disponibles. Consideramos que era importante señalar las razones para hablar sobre las drogas y la sexualidad a partir de la infancia y la adolescencia, y especificar cómo se puede abordar, el tema incluyendo una breve guía que promueva las habilidades socioemocionales para evitar el consumo problemático de drogas o la dependencia. También profundizamos en los estándares de salud pública y justicia social que necesitan las poblaciones clave, como la comunidad LGBTI +, los trabajadores sexuales o las personas que se inyectan drogas.
Las sustancias psicoactivas pueden alterar nuestra capacidad de comunicarnos de manera efectiva, por lo que pensamos que también era apropiado diseñar una infografía informativa sobre sexo, drogas y consentimiento. La capacidad para dar nuestro consentimiento bajo los efectos de las drogas depende de poder tomar decisiones informadas, entusiastas, libres de presión y coerción. Debe haber acuerdos claros, voluntarios e inequívocos. Si la persona no puede hablar coherentemente, tiene dificultad para caminar o está inconsciente, definitivamente NO puede dar su consentimiento.
Si la persona no puede hablar coherentemente, tiene dificultad para caminar o está inconsciente, definitivamente NO puede dar su consentimiento.
Este proyecto nos permitió dar ideas clave en las conversaciones sobre la sexualidad y el uso de drogas. Desafortunadamente, la información sobre ambos temas se ha basado históricamente en la abstención y la prohibición, por lo que es necesario promover un cambio de paradigma que priorice el placer, el cuidado y el consentimiento. Instituto RIA logró altos niveles de divulgación con las infografías y recibimos comentarios positivos sobre la importancia de visibilizar estos temas controversiales. Fue una excelente oportunidad para seguir abriendo el debate, para motivar a las organizaciones que están trabajando en temas relacionados con las políticas de drogas a hacer lo mismo, y para fortalecer las redes que ya comparten información basada en evidencia científica. Este año, durante la CND incluso organizamos un evento paralelo, explorando más a fondo estos temas. Si deseas ver las infografías en inglés haz clic aquí, o en español haz clic aquí ¡Te agradecemos por tu interés en nuestro trabajo educativo!